jueves, 13 de agosto de 2015

RELATO "EL REENCUENTRO"

Este relato forma parte de una de mis próximas novelas, y lo he presentado a la edición de #ancla2 en EDUPSIQUE: Narrativas Multiformes, comunidad de Google+.

Os iré adelantando más fragmentos de esta obra a medida que se acerque el momento de su publicación.

Como sugerencia musical, os presento esta deliciosa pieza de Alex Cannon:

Murder Mystery Music - Background


Espero que lo disfrutéis.

EL REENCUENTRO



Anduve despacio, saliendo de aquella espesura que el bosque había ido levantando alrededor de la estructura, como en un intento por ocultarla y enterrarla en una tumba de olvido, para así dejar atrás todo el dolor y las lágrimas que allí se derramaron.

Apareció ante mis ojos con toda su magnitud, embadurnada en una pátina de polvo y telarañas que le daban una apariencia de vetustez, pero no por ello menos inquietante, menos oscura, menos aterradora.

El musgo trepaba por los pilares de la fachada, los barrotes estaban deslucidos, y las sillas oxidadas rodeando la mesa como en aquella funesta última tarde…

El viento acarició mis mejillas y despeinó mis cabellos, mientras hundía su voz en la cuenca de mis oídos como si fuera un puñal, resucitando en mi memoria aquellos acontecimientos, aquellas voces del pasado que hacía tanto había tratado de olvidar, y que volvía a resucitar como fantasmas ante mí.


Caminé con pasos de quimera en un intento por pisotear mi propio miedo, por apagar aquella llama devoradora que estaba naciendo en mi interior y que amenazaba con volver a devorarme, a consumirme en un mar de lava en el que la locura era la única salvación.

Y no estaba dispuesto a volver a pasar por aquello.

Nunca más.

Cerré los puños mientras daba un nuevo paso adelante.

Las baldosas crujieron a mi paso. Una de ellas se quebró, levantándose una tenue nube de humo, como si el Infierna me escupiera sus efluvios para darme la bienvenida, o para recordarme que era suyo, que por más que lo intentara jamás podría escapar de mí mismo.

Estaba maldito.

Por mucho que se quiera, jamás se puede huir de uno mismo.

El destino siempre te encuentra.

Y a mí, el mío no me abandonaba, anclado a mi ser.





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